viernes, 20 de agosto de 2010

POLITICA DF

El "Ejército Negro" y la Próxima Guerra "Santa"
Por Felipe Moreno

 
Hagamos a un lado a Dios y también a Jesucristo que nada tienen que ver en todo esto.
El problema no es de fe y menos de creencias religiosas. El asunto entre el Cardenal Juan Sandoval Iñiguez y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard Casaubon, es meramente terrenal y político; es entre dos hombres de carne y hueso con motivaciones físicas y reacciones hormonales. No podemos hablar de racionalidades cuando vemos cerrazón, soberbia y exceso de prepotencia. Juan Sandoval es un necio, Marcelo se comporta como un dictador.

Su asunto es solo legal y versa sobre sus divergencias en puntos de vista sobre los conceptos de matrimonio y adopción en parejas del mismo sexo y diferente sexualidad. Sus definiciones varían diametralmente en sentidos opuestos. No obstante y de tratarse de dos poderes, estos obedecen únicamente al fuero común y donde quizá uno de los dos personajes citados pudiera llegar a tener ciertas influencias, dado que de el depende el presupuesto del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal y el destino de muchos asambleístas y otros personajes de la política en el Distrito Federal. Aunque también, del otro lado, sea cierto que la contraparte no se encuentre sin manos o desahuciada como parece y bien pudiera llegar a hacer uso de todo el poder con que cuenta una institución milenaria que ya ha superado en otras épocas, y con rotundo éxito, el tránsito del feudalismo al capitalismo; incluso trascendió al mismo socialismo, donde acaba de hacer pedazos al régimen de los hermanos Castro.
Para ver la capacidad de manipulación y destrucción del llamado "Ejército Negro", hay que ver primero la efectividad de sus redes de espionaje y sus métodos de aplicación directa. Observemos lo que queda del bloque socialista en la ex Unión Soviética y los restos del Muro de Berlín. La Iglesia Católica es La Iglesia Católica, maestra en manipulación de masas y enajenación de incautos en el mundo de la globalización.
El vocero de la arquidiócesis de México sin duda exageró, el hablar de una nueva persecución en contra de la Iglesia Católica por parte del gobierno, cuando son sólo dimes y diretes entre dos personajes protagónicos en nuestra vida pública. El Cardenal y el Jefe de Gobierno del DF, apenas y se han dado uno que otro arañazo, pero sin tirarse a la yugular. Y es que, en el fondo, ambos son lo mismo, los dos viven de la mentira y la manipulación. Más aún, ambos viven del "diezmo" y quizá de uno que otro pellizco a las ofrendas y limosnas que deja el ejercicio del poder, sea divino o terrenal.
Las conductas de ambos son reprobables a todas luces, pues por un lado se ataca sin pruebas ni fundamentos a un cuerpo que si bien todo mundo sabe no es del todo limpio e imparcial, si es cuidadoso en la aplicación de la ley y la justicia, y más cuando dentro de la litis existen fuertes ingredientes de tipo social y político. La moral no es materia básica de la jurisprudencia, y menos los extremos de la subjetividad. La ley es la ley, nos guste o no nos guste.
Si creemos en la inducción y las posibles ordenes hacia el cuerpo colegiado en el asunto de los matrimonios del mismo sexo y diferente sexualidad, así como la posibilidad de que esas uniones pudiesen llegar a adoptar, estaríamos cayendo en el terreno de Sandoval, lo cual no es cierto. Si nos ponemos del lado de Ebrard sería lo mismo. Estaríamos apoyando un asunto de altos tintes políticos, Marcelo Ebrard sí está buscando asuntos de una alta rentabilidad política y estos forman parte de los planes y proyectos del actual Jefe de Gobierno hacia la gran justa electoral del 2012. Marcelo Ebrard está en campaña, y podemos afirmar que todos esos seres humanos que hoy han sido favorecidos por la Suprema Corte, indudablemente que tendrán una inclinación político - electoral a favor de algún partido o uno de los contendientes en este asunto, y uno de ellos no será Juan Sandoval.
Nos parece que ambos bandos van perdiendo, sobre todo la serenidad, y no han logrado mantener fría la cabeza. Un bando no entendió lo que es la ley e iracundo ofendió a la parte que el considera se encuentra detrás o manipulando el veredicto de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sobre un caso que ya causó ejecutoria en medio de una dividida aceptación pública. Los matrimonios de personas del mismo sexo y diferente sexualidad son válidos, así como también el derecho que tienen para adoptar y así llegar a ser una verdadera familia.
Al margen de consideraciones subjetivas e interpretaciones psicológicas o de carácter moraloide, hay que recordarle a los elementos del "Ejército Negro" que ya no son los tiempos de La Santa Inquisición y menos los de los Fueros Eclesiásticos. Quién acusa tiene la obligación de probar todas y cada una de sus palabras o dichos. La ley y la justicia se deben aplicar, así sea en contra de un ciudadano del Estado romano.
Aquí no vamos a inclinarnos hacia nadie, y menos meteremos las manos en un asunto que es de hombres de carne y hueso. Juan Sandoval Iñiguez - quizá paisano del ex ministro Mariano Azuela- deberá presentar pruebas o correrá el riesgo de permanecer un rato tras las rejas. Aunque eso implique sacrificio a cambio de popularidad. Incluso corriendo el riesgo de que dicho acto pueda llegar a ser parte de otra gran estrategia política de largo alcance, para alejar a la Iglesia Católica de los juicios sobre pederastia que se están ventilando en estos momentos alrededor del mundo. Un segundo objetivo pudiera ser justificar la presencia y acción de la Iglesia Católica en los juegos de la sucesión presidencial del 2012, bajo el argumento de haberse iniciado otra guerra de persecución hacia la Iglesia Católica desde el poder político. Sólo que ese poder, no se encuentra en manos del Marcelo o del PRD.
La negativa del soberbio Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, a retractarse sobre sus dichos hacia la persona de Marcelo Ebrard, debe tener una pronta respuesta, que bien pudiera ser la disculpa pública, para no tener que sentenciarlo como delincuente al haber causado un daño moral y los que le resulten.
Juan Sandoval, a nuestro juicio, se encuentra totalmente "clavado", pero no como los romanos hicieron con Jesucristo. Juan Sandoval Iñiguez quiere pasar como mártir, pero está partiendo de un principio falso. El gobierno que encabeza Marcelo Ebrard, y más el mismo en persona, no pueden permitir ese tipo de excesos que si dañan moralmente a una persona, así se dedique a la política. El ciudadano Juan Sandoval debe disculparse, y ahí parar la cosa.
No es cosa de hombría o de homosexualidad lo que debiera verse y ventilarse en estos días en los tribunales de la Ciudad de México, menos aún cuestionar si fue bueno o malo el procedimiento que les ha permitido a los homosexuales y lesbianas llevar a cabo una "vida normal", dado que todo y cuanto ocurre en su existencia es normal, como también lo es y debería ser para nosotros en el universo heterosexual.
Todos sabemos que Marcelo Ebrard no sobornó a los integrantes de la Suprema Corte y que éstos, esta vez, no se dejaron comprar, aunque pudiera ser que aceptaron una que otra sugerencia de "alto nivel" y que también se aleja de nuestro análisis sobre un acto donde molesta el hecho que no se les vea como simples seres humanos y sí como una mercancía electoral.
El tema de los homosexuales y lesbianas, y sobre todo sus obligaciones y derechos, es ya de carácter universal, como lo es la Iglesia Católica, y muchas otras religiones que la solapan, justifican. Más aún, contribuyen con sus liturgias a la reproducción del llamado PECADO ORIGINAL, que después y con facilidad, se "quita" con el bautismo, para seguir la fiesta de las limosnas, las ofrendas y los diezmos.
Señores de los alza cuellos y las sotanas, que hoy poco se ven negras como antes, vayan y primero combatan en sus filas: SIMONÌA Y NICOLAISMO, para que después puedan venir a impartirnos clases de moral o lo que debiera ser.
Y, entiéndase, el pueblo de México sigue siendo un pueblo mayoritariamente católico, que venera y respeta a sus vírgenes y santos; sólo que ha dejado de creer en los hombres dedicados al culto, o que son representantes de la Iglesia Católica, como son todos ustedes, los que hoy apoyan los dichos y palabras de Sandoval..
Y es que, esta vez no, no se dará esa guerra "santa" que el "profeta" Valdemar ya ha anunciado, simplemente se aplicará o debe aplicar la ley. Fría y sin protagonismos y no como se hizo con Andrés Manuel López Obrador. O es que Juan Sanvoval Iñiguez será el López Obrador del presente sexenio, sólo que esta vez será vía PRD.

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