Porque creo en las instituciones, voté en sentido positivo por la ratificación de la Fiscal General de Justicia: Dip. Mónica Fernández
* Me expulsa el partido de Alejandro Moreno Cárdenas, que ha convertido a nuestro instituto político en la burla y decadencia de la justicia social
Redacción
A las y los ciudadanos, a los priistas, militantes, simpatizantes de la Ciudad de México a quienes me debo y me he dedicado por más de 25 años de militancia; con lealtad, honestidad, compromiso, sentido social y transparencia.
Informo, como es mi obligación, y señalo con contundencia que, en mi calidad de representante popular, como diputada al Congreso de la Ciudad de México, II Legislatura, voté en sentido positivo por la ratificación de la Fiscal General de Justicia, porque creo en las instituciones.
Desde mi perspectiva, es obvio que el cambio a un nuevo modelo de procuración de justicia, para la hoy, Ciudad de México, es una labor titánica. No podemos dar la espalda a una obligación constitucional y con ello, impedir el desarrollo de las instituciones de la Ciudad. Así lo impone nuestra Constitución.
Hay errores y omisiones, ambas afirmaciones discutibles, sin duda.
Es cierto que mis ideas, convicciones, conciencia y actos pueden o no ser coincidentes con otras visiones, incluyendo las de la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional; pero es mi deber moral defenderlas y sustentarlas, porque soy representante de una parte de la sociedad. Se me eligió para responder ante los intereses de las y los capitalinos, no de una persona.
Quienes me conocen, saben que no soy una legisladora improvisada. Soy una legisladora, producto del trabajo y no del privilegio; a mi no me regalaron nada. Soy una legisladora cercana a la gente y para la gente. La sumisión no fue lo que me llevó a ocupar una curul en el Congreso Capitalino, como sí sucedió en otros casos.
Quiero dejar claro que Mónica Fernández César, es mujer de una sola pieza y firme en sus convicciones, yo no renuncio al Partido Revolucionario Institucional, me expulsa el partido de Alejandro Moreno Cárdenas, que ha convertido a nuestro instituto político en la burla y decadencia de la justicia social; me expulsa Alejandro Moreno Cárdenas, quien no conoce el respeto a la libertad de expresión, que incluye mi libertad y derecho a ejercer mi voto como representante popular en el Congreso de la Ciudad de México; sin temor a represalias o censura.
Ese derecho incluye la libertad de buscar, recibir y difundir información e ideas de toda índole; y como siempre lo he dicho, las necesidades de las y los ciudadanos no tienen partido ni color.
El voto por el cual, hoy el dirigente Alejandro Moreno Cárdenas, me tacha de traidora, no es más que el reflejo del rechazo a seguir línea, órdenes y condiciones, que buscan favorecerlo a él solamente, y a sus lacayos.
Yo insistiré en encontrar un lugar para mi voz y para la actividad que me llene, entregada siempre al servicio e interés por el bien de los demás, pero no permitiré nunca, que desde espacios cómodos y cándidos de poder, se mancille el trabajo honesto y humilde, pero efectivo, que he realizado a lo largo de mi carrera, lanzando cobardemente imputaciones e infamias, que significan un claro atropello a mi persona; a mi trabajo político y hasta a mi familia, más aún cuando se parlotean por consigna y desde lejos.
Hoy reitero, que no cederé más a presiones que ni siquiera vinieron de otro partido; sino desde la propia dirigencia de Alejandro Moreno Cárdenas. No me doblarán amenazas ni ataques de desprestigio, por no seguir las órdenes de un dictador; me niego a ser un títere político de alguien que no ve por las necesidades de los representados.
Reitero mi compromiso a las y los ciudadanos que represento; mi trabajo me respalda, con el 20% de la productividad legislativa total de la bancada del PRI; soy la número uno en el registro de instrumentos presentados por sus integrantes ante la Mesa Directiva.
Seguiré trabajando sin cansancio para alcanzar una justicia social que fue olvidada, desde que llegó Alejandro Moreno Cárdenas a la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional, y ya no representa el sentir de sus simpatizantes; de aquellos que son la verdadera base del partido, ni del ciudadano de a pie que quiere un México diferente.
El verdadero priísmo de la Ciudad de México, no está a la voluntad de Alejandro Moreno Cárdenas.
Lealtad no es obediencia ciega; disciplina no es sometimiento a placer y militancia no es servilismo.
¡No me voy, me corren! Pero hay Mónica Fernández César para trabajar en beneficio de las y los ciudadanos, para rato.
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