Por Felipe Moreno
A casi diez y seis años de haber sido tocados por la misma bala que mató al sonorense Luis Donaldo Colosio, Manuel Camacho Solís y Marcelo Ebrard insisten en sus mismas estrategias políticas. No han logrado superar su pasado priìsta. Desayunan, comen y cenan con el mismo plato: la destrucción del Partido Revolucionario Institucional.
El Estado de México no es y en nada se parece a Oaxaca; más todavía, uno de los factores claves en la victoria de Gabino Cué siempre ha estado con Enrique Peña Nieto. Sólo recuérdese quien fue el que domesticó al mexiquense Isidro Pastor hace seis años y por ende le abrió paso al que hoy por hoy es el más fuerte y popular de los precandidatos a la Presidencia de México.
En el Edomex no hay gorilas ni traidores como existen en Oaxaca; no existen las fisuras sociales que se observan en sus siete regiones y menos hay una APPO. No es por tanto un buen ejemplo para comparar los posibles resultados electorales del 2011 en las tierras del Estado de México. Con o sin alianzas, el PRI tiene asegurados un millón novecientos mil votos, mientras que sus opositores tendrán que remar contra corriente pues tendrán que restar los sufragios que los ciudadanos del Estado de México decidan otorgarle a los candidatos que apoye el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, y no sólo en el Estado de México, también en el Distrito Federal, donde Alejandro Encinas ya se perfila como candidato a la Jefatura de Gobierno en el 2012.
El pasado 21 de septiembre le pregunté al ex regente Manuel Camacho Solís ¿Quién para el 2012? ¿Marcelo o Andrés Manuel? El ex comisionado para la paz en Chiapas sólo respondió: "falta mucho tiempo", nunca pensó, como nunca lo ha hecho en toda su vida, que su pupilo iniciaría su campaña a la Presidencia de la República en tan sólo dos semanas, o simplemente mintió, como alguna vez lo hiciera en Chiapas, cuando se le encomendó atender el expediente "Chiapas, prioridad uno", un conflicto que parece el comenzó y nunca resolvió. Y continúa pendiente.
Es curioso y puede llegar a ser peligroso, incluso para uno o más precandidatos a la Presidencia de México en el 2012, pues ha comenzado a percibirse el mismo clima enrarecido de los primeros meses de 1994. Las palabras pronunciadas por Marcelo Ebrard el día de hoy en el Estado de México pueden guardar una amenaza. "Llegó la hora. Hoy es el principio del fin del gobierno priísta en el Estado de México". Sentenció el ex priìsta en un claro y abierto acto de adelantada campaña a la Presidencia de México.
Mucho ojo con lo que pudiera pasar en el Estado de México, donde pareciera que sólo una bala pudiera detener o impedir el regreso del PRI a la Presidencia de México.
Alejandro Encinas y Jesús Ortega no tienen nada en común, sino todo lo contrario, son diametralmente opuestos. Así, mientras el actual dirigente nacional del PRD se caracteriza por su natural falta de inteligencia, el ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y adlátere del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, peca de arbitrario, perverso y prepotente. Y es que, su auto eliminación de las listas "pejistas" a la candidatura del Partido del Trabajo en el Estado de México, nada tiene de noble o de "buena onda". Alejandro Encinas trae una estrategia que sin duda le provocará roña al actual Jefe de Gobierno en la Ciudad de México. El ex priìsta Marcelo Ebrard Casaubòn no se imagina la perversidad que está tramando el actual coordinador de los diputados federales perredistas en San Lázaro.
Y, entiéndase, no sólo es el abultado presupuesto legislativo el que se encuentra en juego, de haber aceptado el juego perverso hacia la gubernatura del Estado de México, Alejandro Encinas se hubiera quedado como el perro de las dos tortas. Alejandro Encinas actúo con demasiada y adelantada inteligencia, nada le impide volver a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México en el 2012. Así la fórmula para no soltar el gobierno de la Ciudad de México sería: Andrés Manuel López Obrador para Presidente de la República y Alejandro Encinas para Jefe de Gobierno.
En el 2006 la fuerza que impulso a Marcelo Ebrard a la Jefatura de Gobierno fue el nombre de Andrés Manuel López Obrador, y nadie podrá negarlo. La figura del actual Jefe de Gobierno siempre ha sido diminuta. Marcelo Ebrard lleva dos décadas en las nóminas que desembocan al presupuesto de la Ciudad de México, y sin embargo, su silueta no registra ni pinta, ni siquiera después del News Divine, Tlàhuac o el caso Bar Bar que se convirtieron en grandes escándalos.
Las obras realizadas durante el gobierno de Marcelo Ebrard superan a las realizadas por la administración de López Obrador, no obstante ni siquiera pintan, y menos sirven para vestir una campaña o precampaña presidencial. El recuerdo de López Obrador es aplastante.
Estamos por entrar al año de las grandes definiciones en materia política, y donde el Distrito Federal, al lado del Estado de México, habrán de coincidir en dicha materia. Así y como se han venido manejando las cosas, son pocos los nombres para hablar de dicha competencia o suponer que habrá serias y peligrosas disputas. La auto renuncia de Alejandro Encinas a la candidatura de izquierda por el Estado de México, le ayuda al priìsta Enrique Peña Nieto y le complica la vida al actual Jefe de Gobierno en la Ciudad de México. Imaginemos que pueden hacer Mario Delgado y Marcelo Ebrard ante Alejandro Encinas, si no es sólo llorar. Marcelo llegó a la Jefatura de Gobierno por la fuerza indiscutible de López Obrador, por si mismo no existe. Si acaso se recuerda algo de el, es su pasado camachista y priìsta.
Los nombres para suceder a Marcelo Ebrard comienzan por Alejandro Encinas, un hombre que ya probó las mieles y las arcas del gobierno de la Ciudad de México. Para que arriesgarse pues en aventuras políticas que no lo llevarían a ninguna parte.
Alejandro Encinas no es tonto, aunque tampoco muy inteligente. El ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de México sabe obedecer, y es precisamente lo que ha hecho. La materia gris se llama Andrés Manuel López Obrador quien ya decidió por esa dupla. Así, las aspiraciones de Marcelo Ebrard estarán más que limitadas para el 2012. Lo cual, sin duda, sólo vendrá a beneficiar al Partido Revolucionario Institucional. El PRD y esto es un hecho, dejó y dejará de existir en Zacatecas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Chiapas, y obviamente en el Estado de México. Andrés Manuel López Obrador tiene que defender todos sus nichos, es la manera en como ya aprendió a vivir. De aceptar algún tipo de alianza, sería aceptar el principio del fin -como sostiene Marcelo Ebrard- y su nombre en consecuencia se desvanecería, para darle paso al de los protagonistas o aliancistas. Una realidad que el tabasqueño no les puede permitir, y por eso va solo, el con toda su soberbia y no hay quien lo convenza de lo contrario.
Alejandro Encinas buscará la Jefatura de Gobierno en el 2012, luchará en contra de Alejandra Barrales Magdaleno, Martí Batres, Mario Delgado, Jesús Ortega, Pablo Gómez Álvarez, y los que decidan acumularse en el camino perredista. Esa es la única finalidad de haberse descartado en el Estado de México, después de haber realizado el "trabajo sucio" encomendado y romper todo tipo de alianza o cochupo político.
Andrés Manuel López Obrador intentará "colgarse" de la popularidad del mexiquense Enrique Peña Nieto para resurgir y aparecer como el único candidato de "izquierda", capaz de ganarle al PRI, sin la ayuda del Partido Acción Nacional y menos con la de su ex partido. De ese tamaño es su soberbia, de ese tamaño es su locura.
Ese es el juego de Encinas y de Andrés Manuel López Obrador, el objetivo se llama Gobierno de la Ciudad de México. El lugar en donde están todas las papas y la única fuerza real del PRD en toda la República. Y donde decir Ciudad de México es sinónimo de Andrés Manuel López Obrador. El PRD hace tiempo que dejó de existir, las políticas y programas sociales son de López Obrador, quien incluso acabó y superó al "cardenismo". Marcelo Ebrard sólo es el candidato de la "revolución" camachista.
http://www.youtube.com/watch?v=Yt45JecqRW8
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