miércoles, 27 de noviembre de 2013

ALDF

Lobo Román aseguró que la ciudad de México se ha convertido en una “bomba de tiempo”
* Esto, por la ocupación anárquica de redes de infraestructura subterránea para energía eléctrica, gas y fibra óptica
María Teresa de Jesús

El diputado del PRD en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Víctor Hugo Lobo Román aseguró que la ciudad de México se ha convertido en una “bomba de tiempo” por la ocupación anárquica de redes de infraestructura subterránea para energía eléctrica, gas y fibra óptica, lo cual representa un peligro latente para que ocurra una catástrofe de grandes proporciones.
Por ello, el legislador perredista dijo que es urgente contar con un “atlas de riesgo” que identifique todas las instalaciones del subsuelo conductoras de energéticos, telecomunicaciones, agua y drenaje, con el propósito de detectar fallas y planificar a futuro.
Al presentar ante el pleno un punto de acuerdo turnado a la Comisión de Protección Civil, exhortó a diversas autoridades a establecer condiciones de seguridad para la ciudadanía y certeza jurídica en materia de ductos de gas instalados a lo largo y ancho del territorio del Distrito Federal.
Lobo Román propuso que la ALDF solicite a los 16 jefes delegacionales a que en coordinación con los Comités Ciudadanos y Consejos de los Pueblos, lleven a cabo “consultas” para la revocación de las concesiones existentes y autorización de nuevas solicitudes, en el caso de que una gasera pretenda obtener uso de suelo para la instalación de ductos de gas o de alguna planta.
Asimismo, el diputado del partido del sol azteca consideró necesario que  la Comisión Reguladora de Energía, realice una revisión puntual y establezca las sanciones correspondientes a las empresas gaseras que incurran en irregularidades detectadas en la instalación de gasoductos; además, que inicie procedimientos para retirar la concesión a las empresas que incumplan con las normas vigentes.

Por último, alertó que la red de tuberías de gas tiene una antigüedad de más de 45 años y su entramado se instaló sin cumplir las normas de seguridad federales, como estar situadas a una distancia mínima de 60 centímetros del suelo y 30 centímetros de ancho de otras redes, lo cual incrementa el riesgo de fracturas y en consecuencia de fugas.

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